¡Hay tanto trabajo pendiente!
Y el trabajo comienza con desmitificar, porque unos lo ven como un tema de izquierdas, otros lo ven como un tema exclusivamente verde, otros lo ven como poesía, y la verdad es que es un tema que requiere mucho más cerebro que corazón para llevarlo a buen término.
Tenía pendiente apartar el tiempo para escribir un poco sobre esa desconocida vinculación que hay entre el desarrollo sostenible y el mundo empresarial. Vamos a sentarnos hoy un poco a eso.
Hablar de sostenibilidad es hablar, entre otras cosas, del diseño de planes de desarrollo económico que involucren una mayor sensibilidad y responsabilidad en el manejo de recursos, en las relaciones interpersonales, en el clima organizacional, en el impacto que la entidad genera en la comunidad donde está inserta. La sostenibilidad no debe planearse en temas de blanco o negro, o rentabilidad o yo. El mundo hay que entenderlo como funciona, y desde allí plantear proyectos; cuando un plan se elabora exclusivamente desde lo que YO DESEO y lo que YO PIENSO, relajase, no se estrese, es plan va destinado al fracaso, no se de mala vida.
Extraer recursos naturales ciertamente deja una huella que se debe analizar, hay que cambiar hábitos de consumo, hay que promover desarrollo tecnológico, hay que educar. Pero les comparto esta vivencia, en estos días estuve en una conversación donde se hablaba de la industria minera del Norte de Santander, Colombia, (extracción de carbón) y se exponían los criterios que ud ya tiene en su cabeza, pero yo le pregunté a la IA en mi teléfono por los empleos que este sector aporta, y me decía que 2.000 empleos directos y 7.500 indirectos, además de los millones de USD que aporta vía exportaciones al PIB de ese departamento y los tributos que paga. Y yo pensaba, ¿el problema es tan sencillo como decir ya vamos a paralizar esa industria? ¿qué hacemos con esas casi 10 mil familias que se quedan sin sustento? No es tan fácil ¿verdad?
Es por eso que el sector industrial se tiene incorporar a esta tendencia, tenemos que promover un cambio racional de procesos, no hay tiempo que perder. Y para ello debemos construir un lenguaje que el empresario entienda, para esto el lenguaje apocalíptico no creo sea el más adecuado. Cada sector, tiene sus palabras claves que escucha y entiende.
Y qué mejor manera que recurrir a la fuente, vamos a ver que dicen los Objetivos del Desarrollo Sostenible (en lo sucesivo ODS) la famosa agenda 2030 de la ONU. De 17 objetivos, comparto con ustedes 5 que seguramente nos van a sorprender ya que la agenda noticiosa ha sido copada por otros temas.
“Poner fin a la pobreza en todas sus formas en el mundo”. Allí se conjugan grosso modo dos metas, generar riqueza y distribuirla mejor. Yo les pregunto, ¿se puede combatir la pobreza de una manera diferente que no sea creando riqueza? ¿quiénes están llamadas a generar riqueza, no son las empresas? Este ODS por si solo nos aclara que las empresas están llamadas a formar parte de esta tendencia (tendencia, no moda)
“Un crecimiento económico inclusivo y sostenido”. El mundo está atravesando en paralelo varias crisis importantes, el panorama postcovid y la ralentización que trajo consigo, los escenarios bélicos en Europa y Medio oriente, las migraciones, esto a nivel macro, pero cuentan también los escenarios de crisis focalizados, sobretodo de carácter político, situaciones que impactan en las proyecciones. Pero a pesar de la dificultad para conseguir mejores resultados en un corto plazo, el desarrollo sostenible no deja de lado la importancia de crecer. Sin crecimiento los estados no tendrán los suficientes recursos para invertir en infraestructura, educación, programas sociales. Sin crecimiento es difícil mejorar las condiciones laborales. Y vuelvo a preguntar ¿no lleva implícito este objetivo la necesidad de sumar al sector empresarial?
“La industrialización inclusiva y sostenible, junto con la innovación y la infraestructura pueden dar rienda suelta a las fuerzas económica dinámicas y competitivas que generan el empleo y los ingresos”. Somos más de 8 mil millones de personas en el mundo, y sumando. Alimentar, cobijar, transportar, vestir a ese “gentío” es un reto de proporciones épicas. Si nos regresamos a vivir en cuevas todos, ¿cuántos árboles diarios tenemos que talar para cocción de alimentos, calor e iluminación? Ole, no es tan fácil. La respuesta es acelerar la generación de energía ecológica, diseño y fabricación de maquinaria y equipos de menor consumo. Es que ya lo vemos, podemos comparar que el rendimiento de la gasolina en los vehículos nuevos es menor, podemos ver que los electrodomésticos cada vez consumen menos energía. Ese es el camino, La innovación.
“El consumo y la producción mundiales (fuerzas impulsoras de la economía mundial) dependen del uso del medio ambiente natural”. Aquí agregamos un elemento nuevo a la ecuación, el consumidor, usted y yo personas de a pie, que somos consumidores. La empresa siempre va a estar dispuesta a vender, la demanda de bienes y servicios está llamada a jugar un papel determinante, por un lado, inclinando la intención de compra hacia bienes y servicios que hayan sido producidos de manera responsable, y por otro lado construyendo una nueva manera de consumir más responsable, reusando, prolongando vida útil, sin almacenar artículos que no usamos, y un largo etcétera.
“Es fundamental llevar a cabo alianzas entre los diferentes actores del planeta, gobiernos, sector privado y sociedad civil”. Todos contamos, todos debemos sumarnos.
Termino este vuelo rasante, diciendo que consultores, empresarios, gremios, gerentes y todo lo que se mueva en el mundo empresarial, tenemos que involucrarnos en el desarrollo sostenible, necesitamos hacer plata como no, eso no se discute, pero una manera diferente, con más responsabilidad. Aquí nos toca seguir estudiando, escuchando, sin atacarnos, sumando. A ponernos pilas pues. No hay de otra
Chao.